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  Dolor y
enfermedades
 
Que las causas de los trastornos somatomorfos sean psicológicas, no supone en ningún caso que el paciente esté inventando su malestar o su dolor.
 
Alrededor del
20% de las
consultas a los cardiólogos son síntomas relacionados con
la ansiedad.
 
Un 25% de los adultos con síndrome del colon irritable sufren de trastornos psicológicos.
 
La piel puede ser
el espejo de
la mente.
 
La cefalea
tensional aparece
en el 80% de las personas con
estrés.
Trastornos psicosomáticos: cuando los sentimientos y los pensamientos interactúan con nuestro cuerpo.
Desde principios del siglo XIX, se utiliza el término de trastorno psicosomático para nombrar la influencia de ciertos estados emocionales en la evolución de algunas enfermedades crónicas y también para designar el hecho de que ciertos estados psicológicos podían dar lugar a manifestaciones fisiológicas.
Actualmente, existen numerosos estudios médicos que prueban la relación entre el cuerpo y la mente. Durante el siglo XX se estudió y se comprobó el origen psicológico de algunos trastornos orgánicos como la hipertensión arterial y hasta ciertas patologías coronarias. Hoy en día, no existe duda de que el estrés agudo o prolongado en el tiempo es un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad orgánica. La concepción actual del estrés incluye factores externos, socioculturales y económicos, junto a factores internos, constitucionales, somáticos y genéticos, así como emocionales y biográficos.
Los trastornos psicosomáticos o de somatización provocan un deterioro significativo de la vida personal, familiar, social y laboral. Suelen iniciarse antes de los 30 años de edad y persisten en el tiempo, obligando a la búsqueda de atención médica permanente, a menudo sin que ello suponga una recuperación total debido a la causa psíquica del malestar físico.
Para este tipo de trastornos, la ayuda psicoterapéutica es un excelente recurso que mejora significativamente las áreas más importantes de la vida de la persona así como sus síntomas. Está demostrado que la ayuda psicológica, en la medida en que actúa sobre la causa original del trastorno, favorece la cura de los mismos.
Trastornos psicosomáticos o de somatización más habituales:
 
•  Trastornos del dolor
•  Trastornos cardiovasculares
•  Trastornos respiratorios
•  Trastornos gastrointestinales
•  Trastornos endocrinos
•  Trastornos cutáneos
•  Cefalea, dolor de cabeza
Trastornos del dolor.
El síntoma principal del cuadro clínico es el dolor localizado en una o más zonas del cuerpo, de suficiente gravedad como para merecer atención médica. El dolor provoca un malestar clínicamente significativo, con influencia negativa en las áreas laborales y sociales de la persona que lo padece.
Se estima que los factores psicológicos desempeñan un papel fundamental en el inicio, la gravedad, la exacerbación o la persistencia del dolor, sin que ello suponga que son dolores simulados ni producidos intencionalmente.
Trastornos cardiovasculares.
La patología cardiovascular constituye la causa de muerte más frecuente en el mundo occidental. La ansiedad puede desencadenar taquicardia y otras sensaciones que los pacientes asocian con el corazón.
Trastornos respiratorios.
El aparato respiratorio responde de distinta forma dependiendo del estado emocional. Las personas ansiosas manifiestan una respiración corta y rápida, mientras que las personas deprimidas manifiestan una respiración profunda y fatigosa, entrecortada por suspiros.
El asma y la hiperventilación son dos cuadros patológicos en los que los factores psicológicos y sociales son determinantes. El estrés emocional está vinculado al ataque de asma, muy en particular en los niños. El síndrome de hiperventilación se desarrolla con frecuencia de forma secundaria a estados de ansiedad. Se manifiesta con sensación de debilidad, mareo, llanto inapropiado y ansiedad.
Trastornos gastrointestinales.
En la clínica diaria se observa la relación entre alteraciones gastrointestinales con trastornos depresivos y de ansiedad. También se relacionan con factores psicológicos: la aerofagia, la boca seca, la estomatitis, las náuseas, la hipersalivación, los vómitos, la diarrea nerviosa y el estreñimiento.
El síndrome del colon irritable

Es uno de los trastornos más frecuentes que afecta al 60% de los pacientes con quejas digestivas. Suele aparecer en la adolescencia hasta la edad media de la vida y es más frecuente en los países desarrollados. Su incidencia está en aumento y es más frecuente en mujeres que en hombres.

Los síntomas consisten en la aparición de episodios recurrentes, vagos e intermitentes de malestar abdominal con diarrea, con estreñimiento, con o sin dolor abdominal.

En la clínica se observa que un 25% de adultos con este síndrome padecen depresión, ansiedad, trastornos conversivos o hipocondríacos.
Trastornos endocrinos.
Los factores ambientales y los problemas interpersonales repercuten en el sistema endocrino. Aún son desconocidos los mecanismos por los cuales las hormonas actúan sobre el estado de ánimo, aunque está clara su incidencia.
Trastornos cutáneos.
La piel es muy reactiva a los estados emocionales, tales como la agresividad, la vergüenza o el miedo. Representa la unión entre lo interno y lo externo del individuo, es el órgano más visible y sirve de intermediario entre el individuo y su entorno social. La fácil accesibilidad de la piel hace que los pacientes puedan interaccionar con las lesiones cutáneas, rascándolas y así empeorar su evolución.
Excoriaciones neuróticas

Son lesiones cutáneas autoproducidas que el paciente no niega. Suelen estar localizadas en brazos y piernas. La edad media de aparición es entre los 30 y los 40 años. Se relaciona con estados de ansiedad.
Prurito

Es uno de los síntomas más frecuentes por los cuales los pacientes acuden al dermatólogo. Tanto el prurito generalizado como el anal o vulvar son los más relacionados con factores psicológicos. El prurito es una experiencia normal, a la que los individuos responden según su personalidad y su estado anímico.
Urticaria

Es una reacción vascular de la piel caracterizada por la formación de ronchas, habitualmente transitorias, que pueden ser pequeñas y discretas o grandes y confluentes, acompañadas de prurito moderado o intenso.

Existe un alto nivel de estrés subjetivo en la vida de los pacientes con urticaria así como de ansiedad.
Cefalea, dolor de cabeza.
Constituye, probablemente, el síntoma más frecuente del ser humano: casi todo el mundo la padece en algún momento de su vida. Diversos factores emocionales están presentes en el curso de estas cefaleas, como irritabilidad y tristeza.
La cefalea tensional

Es una cefalea crónica, episódica, que se caracteriza por un dolor opresivo de intensidad leve o moderada. No se acompaña de náuseas, vómitos ni fotofobia. No suele interrumpir el sueño.

Aparece en el 80% de la población durante periodos de estrés emocional. También se observa que la depresión y la ansiedad pueden estar asociadas.

Obesidad.
Es una alteración caracterizada por la excesiva acumulación de grasa. Existe cierta predisposición genética, que va unida a factores socioculturales y conductas aprendidas dentro de la familia. Es más frecuente en mujeres. Se asocia a estados depresivos vinculados a episodios de bulimia. También se asocia a individuos sometidos a estrés con respuestas anoréxicas de día y bulímicas de noche, vinculados a insomnio.
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